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jueves, 17 de mayo de 2007

METODOLOGÍA DEL APRENDIZAJE EN ADULTOS.


ASPECTOS PSICOSOCIALES

ASPECTOS PSICOSOCIALES

Luego de haber evidenciado las vertientes de educación de adultos, encontramos prudente adentrarnos en conocer ¿que es lo que se interviene cuando se trabaja con adultos?, la respuesta sería un tanto fácil: un cambio. Aquí no seguimos preguntando ¿un cambio de qué?, sino más bien damos el giro y preguntamos ¿cómo el adulto logra el cambio?

Las primeras aproximaciones la encontramos en Paulo Freire; sus postulados radican en asumir la experiencia como eje principal de educación y transferencia de conocimientos, desde ahí se aproxima en la construcción del método psicosocial de alfabetización. Es una contribución a la recuperación de la palabra que se encuentra sumergida en la base social y cultural de las comunidades.

Para un grupo de personas que muestra un cambio cualitativo que la educación representa respecto de otros estilos es que ella aborda problemas específicos, cuestiones que hacen a necesidades concretas de los grupos con los que se trabaja; que, a diferencia de otros tipos de educación, ella toma como eje fundamental a los sujetos de la actividad. En este sentido se dice que la educación no formal es y debe ser “a la medida”, con gran flexibilidad, sin ataduras, capaz de mutar por los sujetos beneficiarios. Busca unidad entre el pensamiento y la acción, fortaleciendo la experiencia a partir del diálogo de las relaciones entre el grupo(Vigil C. 1991, CELAM-ISPAJ 1994).

Otra importante característica de la transferencia de conocimientos en el adulto es la calidad de protagonista y la consideración de elementos participativos el que nace a partir de la voluntad para los procesos que se llevan a efecto.

La participación y la voluntad son las caras de una moneda, produce una relación de producción-gratificación, interés-acción. Esto permite comprender con mayor propiedad la autonomía para la transferencia de conocimientos a partir de la noción de apropiación” (Voccaro L. PIIE 1989:11).

La primera idea de apropiación radica en la estrategia del educador que orienta las acciones en el entendido que sugiere para qué actuar y cómo hacerlo. Dice que es la primera posición para conducir a la autonomía, facilitando la adaptación y aceptación de sus pares.

El para qué actuar, está dado en razón de las primeras negociaciones que se obtienen entre el educador y el grupo. El cómo hacerlo, se presenta una vez logrado confianza mínima entre el educador con grupo.

En la acción del hombre, conciente o inconsciente, algo de su interior se evidencia en su exterior. Los verbos que denotan acción significan que el hombre está en movimiento, plasmado en cada instante una manera de ser, un estilo personal, un modo muy particular en que se impregnen las concepciones acerca de la vida, sus opiniones, su percepción acerca del mundo.

En la acción es el hombre en su totalidad quien se compromete. Entra en movimiento. De esa manera se produce una catarsis que es una liberación de energías, una descarga de tensiones, energías, una descarga de tensiones que producen la necesaria armonía de cada ser (CIDE 1976).

No existe acción neutra, toda acción apunta en alguna dirección: premeditada o imprevista, la dirección siempre existe. Alguien o algo es alcanzado por la acción. Es el adulto que prepara la acción para algo, y ese algo muchas veces involucra a otros en las relaciones cotidianas.

Por otra parte encontramos que de las “Representaciones Sociales” que tiene por principal función el integrar la novedad a los procesos de conciencia.

Ibáñez (1988), define a las Representaciones Sociales como una manera de interpretar y pensar nuestra realidad; y agrega: es un conocimiento de sentido común, se construye a partir de nuestras informaciones, conocimientos y modelos de pensamiento (Ibáñez I. 1988). La definición se complementa añadiendo tres ejes fundamentales:

1.- El fondo cultural: aparece la “Novedad” está en pugna con las raíces estructurales preconcebidas por las personas (del grupo), ya que se empiezan una nueva valoración, los cuales van adquiriendo elementos cognitivos y afectivos. Dicho de otra manera, la “novedad” se enfrenta a las estructuras ideológicas de las personas, aparece un nuevo orden y jerarquía entre las actitudes. Puede ocurrir que este momento (frente a la novedad) se empiezan a dar contradicciones con un sistema de valores individuales y sociales, las creencias ya no son las mismas para todos.

La Novedad se consolida cuando se unen tres factores: Lo afectivo, lo conductual y lo cognitivo (sentir, actuar y pensar); la conjugación de estos tres permitirán una actitud de aceptación o rechazo frente a la novedad.

2.- La Objetivación y Anclaje: para que la novedad de las personas se “integre”, se hace necesario la objetivación: ésta se logra a partir de la información que se obtiene en el conocimiento de diferentes formas, ya sea a través del juego, de factores políticos, de sobrevivencia, lo importante es que la Novedad trascienda a convertirse en un elemento estable en la persona, es decir, de sentido común.

En razón del anclaje: se define como un concepto en estabilidad y permanencia al sistema de pensamientos, creando nuevas categorías y esquemas mentales (Ibáñez I. 1988). Por lo tanto, el anclaje y la objetivación van a permitir que, la novedad en las personas, se transforme en la adaptación a la sobrevivencia, a una nueva forma de convivir, de relacionarse, incorporar nuevos elementos que por ser novedosos, presentan un tiempo de vida ilimitado, pues pasan a convertirse en elementos estables de la persona y el grupo.

3.- Los procesos de Comunicación: la comunicación la vamos a entender como verbal y gestual; la verbal va a estar limitada por las expresiones vocales concretas que se realicen en las interrelaciones de las personas, esta puede darse en razón de la convivencia cotidiana, amenazas y sobrevivencia. Por su parte, la comunicación gestual se ubica en la dimensión de lo cultural. No tan solo a las palabras que se expresan, motivan interpretaciones cognitivas; por el contrario, encontramos que los adultos se empiezan a identificar con factores comunes, asumiendo concepciones de poder y de sobrevivencia(Ibáñez I. 1988). La comunicación va a ser entendida a partir de la dinámica que desarrolla al grupo al cual se está observando. Para los adultos la comunicación está referida fundamentalmente al análisis, ya que significa imponer sistemas que permita instalar posiciones frente a los ambientes de novedad constante.

El texto de Ibáñez destaca que:

En los procesos de comunicación social es donde se originan principalmente la construcción de las representaciones sociales”. Considerando que la teoría de las representaciones sociales constituye tan sólo una manera particular de enfocar la construcción social de la realidad.

Es por esto la importancia de los medios de comunicación, que desempañan un papel fundamental en la conformación de la visión de la realidad que tienen las personas sometidas a su influencia. Además señala que las conversaciones cotidianas (en casa, trabajo en el cine, etc, oímos o entablamos conversaciones habitualmente intrascendentes, más o menos convencionales y ritualizadas más o menos prolongadas) no solamente afloran representaciones sociales sino que en ellas se constituyen literalmente las representaciones sociales.

Según Martín-Baró(1989):

“La conversación constituye una continua y repetida aportación de materiales para formar representaciones sociales”.

Siendo los contenidos y contextos convencionales distintos para los diversos grupos sociales dando origen a representaciones sociales dispares.

Las comunicaciones sociales se deben dar en un contexto amplio de representaciones compartidas, por lo tanto las conversaciones necesitan un amplio marco referencial que sea común a los diversos interlocutores para que puedan brotar con la espontaneidad, la fluidez y la ausencia de formalización que les caracteriza.

En la medida en que crean una visión compartida de la realidad y un marco referencial común, las representaciones sociales posibilitan, entre otros muchos procesos sociales, el proceso de las conversaciones cotidianas.

De acuerdo Martín-Baró las representaciones sociales desempeñan un papel capital en la comunicación social, de poder y división de subgrupos y grupos insertos en sistemas.

“Los intercambios verbales de la vida cotidiana exigen algo más que la utilización de un mismo código lingüístico. Exigen que se comparta un mismo trasfondo de representaciones sociales, aunque sea para expresar posturas contrapuestas” (Ibid: 192).

Los adultos de acuerdo a sus representaciones sociales se organizan adquiriendo normas y reglas de convivencia imitando a las aprendidas en sus hogares (procesos de socialización), acciones que permitirá sobrevivir en las conversaciones cotidianas.

También resulta interesante atender el proceso de las representaciones sociales, ya que ahí se ubican los cambios reales de las personas (de los adultos). Por lo tanto la relación directa es asumir las representaciones sociales a partir del enunciado de la experiencia en grupos de trabajo o similares.

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